Mateo 16:26 ¿De qué le sirve al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma?
Permíteme hacerte un par de preguntas, ¿cómo está tu tiempo? Digo, la Biblia dice “mirad cómo andéis como sabios y no como necios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”. En este versículo, el Señor Jesús está hablando que no tiene ningún sentido vivir para acumular tanto como puedas en este mundo si al final vas a perder tu alma en el infierno. Bueno, tú ya eres un cristiano nacido de nuevo y por lo tanto el Señor afirma reiteradas veces en su palabra que tú no vas a perecer en el infierno, pues dice Romanos 5:1 que no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús.
Ahora bien, no podemos olvidar que aún estamos en este mundo caído y que aun poseemos también la vieja naturaleza que dice Pablo que está viciada (o sea, que tiene vicios) y que tratará de arrastrarnos tanto como pueda y como nosotros se lo permitamos para mantenernos alejados de la vida abundante que Cristo quiere que vivamos.
Así que vamos a ser tentados muchas veces a vivir tan afanados por las cosas de este mundo que descuidaremos lo más importante en nuestra vida que es nuestra vocación. ¿Y cuál es tu vocación? El Reino de Dios. Así que cuando perdemos nuestro enfoque nos perdemos y perderemos todas las oportunidades de vivir aquellas buenas obras que Dios tiene preparadas para que nosotros andemos en ellas. Te mencionaré algunas: tu relación personal con Cristo, tu relación con tu cónyuge, tu relación con tus hijos, tu relación con tu cuerpo cuidando de tu salud física y emocional, etc. Vamos a parafrasear ese versículo por un momento y lo aplicaremos a nosotros los cristianos de la siguiente manera: ¿de qué te sirve vivir para alcanzar todo cuanto quieres, si al final vas a perder a tu esposo o tu esposa? O a tus hijos, o la relación con tu familia, tus amigos, ¿y hasta con los hermanos en Cristo en tu iglesia local? Al final terminarás llegando a la realización de que no valió la pena, pero desgraciadamente la mayoría de las veces es muy tarde. ¿Qué podemos hacer? Bueno, el apóstol Pablo dice que nos examinemos a nosotros mismos. Detente un momento y con toda honestidad delante de Dios revisa todas esas áreas de las cuales hemos hablado hace un instante y pídele al Señor que te dé claridad para poder juzgar toda tu vida actual a la luz de su palabra. Él está muy interesado en que tú hagas esto mucho más de lo que tú puedes estarlo. Él te ayudará, pero como el salmista David le decía: “Líbrame de los que me son ocultos”. Te animo a que tú también puedas ser sincero con Él.
ORA ASI:
Padre mío, ayúdame hoy a valorar mis días porque son cortos. Ayúdame a cumplir con tu propósito en mí. Ayúdame a examinar mi corazón hoy y te pido que crees un corazón limpio y puro y que renueves un espíritu recto en mí. Quiero vivir para hacer tu voluntad en mi vida y no quiero perder ninguna oportunidad para ser luz a otros y guiarles así a Cristo. Ayúdame a aprovechar bien el tiempo que tengo para el avance del Reino en el nombre de Jesús. Amén.