Jeremías 29:11 “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros, dice el Señor. Planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza”.
Al comenzar este nuevo año, quiero que puedas contemplar lo que nuestro Padre Celestial te dice a ti. Y lo primero es que si tú has estado luchando con algunos pensamientos y has perdido en algún punto la esperanza, déjame decirte que te entiendo perfectamente porque yo también he estado ahí y fue este versículo el que me ayudó muchísimo a poder ver la vida con otra perspectiva, con esperanza. Pues me di cuenta de que mi Padre Celestial tiene planes de bien y no de mal para mí.
Romanos 8:28 dice que todo aquello por lo cual Dios te permita pasar definitivamente te ayudará para bien. Por supuesto, que cuando estamos en medio de la desesperanza muchas veces no es fácil ver la luz al final del túnel, pero lo maravilloso es que no tienes que preocuparte por ver hacia adelante por ahora, mi consejo es que te detengas un momento y mires hacia arriba porque dice el salmista que “los que le miraron a él fueron alumbrados y sus rostros no fueron avergonzados”. También, el escritor del libro a los Hebreos dice; “Puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. La Biblia constantemente nos instruye que alcemos nuestros ojos hacia el cielo donde está Cristo sentado a la diestra del Padre porque es de ahí de donde vendrá tu socorro.
Es muy alentador conocer el Dios que tenemos, pues él está interesado en nuestro bienestar y por eso siempre dice “pedid y se os dará”. No hay ningún otro dios que pueda decir a sus hijos que le importunen de esa manera tan impertinente.
¡Anímate! Tienes el mejor Dios y Padre celestial que jamás hayas podido imaginar y está interesado en cada detalle de tu vida, sin importar si es algo extremadamente grande o mínimamente pequeño. Tu padre celestial puede y quiere ayudarte.
Ora hoy así:
Padre mío, entiendo hoy que tú tienes planes de bienestar y no de calamidad para mí, te pido que me des espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de Cristo y que abras los ojos de mi entendimiento para que yo pueda ver cuáles son las riquezas de la gloria de mi herencia con los santos, amén.
